Entendida como una forma de compensación social en situaciones de desigualdad y relacionada con la red de apoyo y atención que debemos construir y desarrollar en la vida cotidiana.
“El Llar Cohousing” es la unión de personas libres e iguales en derechos y dignidad, pero diversas a la vez. Armonizar la convivencia de las singularidades personales será nuestro objetivo.
Entendemos que los roles de género son parte de nuestra cultura y nuestra educación, por lo que inconscientemente, nuestras acciones y discursos pueden estar imbuidos de estereotipos de género. Estamos comprometidos a garantizar los derechos y libertades de hombres y mujeres, niñas y niños.
Una de las principales ventajas del modo de vida colaborativo es que, si bien podemos tener nuestro espacio privado, podemos compartir espacios, servicios y actividades en los que acoger también estancias de familiares y amigos. Juntos definiremos qué espacios se abrirán dentro de la comunidad para la relación con el medio ambiente.
Tenemos claro que no queremos construir un gueto. Queremos seguir activos en nuestra participación social, en las fiestas de los barrios, en la actividad cultural del concejo. Queremos seguir viendo a nuestros amigos, jugando los partidos y las partidas, haciendo las caminatas de costumbre. Por todas estas razones necesitamos radicar nuestro Centro de Convivencia en una zona bien comunicada y con servicios sanitarios próximos. Se trata de una comunidad de vecinos amigos que se reúnen, conviven, se organizan, salen, entran, reciben a sus hijos, a sus nietos, cuidan y son cuidados, quedando liberados de las pesadas labores cotidianas y teniendo asegurada la asistencia instantánea en el momento que sea necesario.
Prevalece el concepto de apoyo frente al de asistencia, estando ésta completamente asegurada. El individuo queda liberado si así lo desea de las tareas domésticas más pesadas (lavandería, plancha, limpieza, cocina del día a día, etc.) centrándose en el desarrollo personal, lo que contribuye a la prevención de muchas enfermedades propias de la edad. Un bloque de servicios permitirá alojar en el futuro las funciones necesarias para cubrir la asistencia en los casos que no sea obligatoria la hospitalización. Como comunidad intencional, asumimos que el cuidado, propio y ajeno, es parte esencial de nuestra forma de vivir en comunidad, desde el inicio de la vida hasta el final. Involucrarse en las relaciones cotidianas, crear recursos organizativos o incluso utilizar servicios externos cuando sea necesario.
Nuestro compromiso es construir una comunidad igualitaria en sus derechos, respetuosa de sus diferencias e incluyente en su diversidad.
Entendida como un compromiso profundo y leal con el proyecto, con la comunidad y con sus valores, normas y objetivos. Asumimos y aceptamos que, así como la libertad es también la del otro, la responsabilidad es siempre individual, no puede ni debe ser delegada en otros.